Pedazo de mujer
ó mujer despedazada,
vienes a mí con ganas
de buscar y no encontrar nada.
En tu cuerpo contra el mío
he visto hasta los intestinos
de la madre fauna,
que nos cobija con tu sexo salvaje.
Y tus ojos que esconden
una lágrima vacía
han llenado los míos
de incógnitas marchitas.
Un ser humano pensante,
que a las puertas del destino
no es más que la huella
de un simple instinto canino.